83. Leyenda «El árbol apenado»

Muy buenos días con Energía Positiva.

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Miércoles 2 de Mayo, Episodio nº 83 titulado “EL ARBOL APENADO”

Érase una vez en un precioso jardín repleto de árboles frutales y plantas con flores un árbol triste y apenado que no entendía porque todos daban ricos y jugosos frutos y flores coloridas menos él.

Primero miraba con envidia después con incomprensión, hasta que un día se decidió a compartir su pesar con el resto de árboles y plantas del jardín.

El primero en hablarle fue el naranjo quién le dijo que lo que necesitaba era aprovechar la época de frío cuando todos duermen para echar flores y aprovechar para dar unas naranjas ricas como las suyas.

El rosal intervino entonces y le dijo que no hiciese caso, que lo mejor era esperar a que llegase la primavera, pues la luz del sol le daría energía para dar unas bellas flores.

El árbol seguía igual de perdido o más aún que antes, pues el peral, el geranio y hasta un anciano manzano dieron también su opinión, y todas eran diferentes, cada uno decía una cosa.

Mientras la conversación en el jardín seguía, un búho se posó sobre aquel árbol apenado.

El búho atento a lo que decían unos y otros, y viendo la cara de desorientación que tenía el árbol, le dijo que no escuchase a ninguno, que al único que tenía que escucharse era a él mismo ya que cada uno le contaba lo que a ellos les iba bien y no tenía porqué valerle a él.

Tu has de saber quién eres, escuchar tu voz interior y ser tu mismo, no ser lo que otros quieren que seas.

Dicho esto el búho emprendió el vuelo sin dar tiempo a una réplica por parte del árbol que más confundido aún comenzó a preguntarse:

¿Mi voz interior? ¿Saber quién soy? ¿Ser yo mismo?

El árbol sin saber como ni porqué, cerró los ojos y dejó de escuchar las opiniones de sus compañeros de jardín.

De pronto su voz interior le dijo que él no era un manzano, ni un rosal, tampoco uno geranio, peral o manzano, ni un árbol como los demás. Eres un roble. Crecerás tan alto y fuerte como ninguno de tus compañeros, tu función es dar cobijo a las aves cuando lo precisen, darás sobra a los viajeros y sentirás a seres humanos apoyados y agradecidos por estar junto a ti, darás belleza al paisaje… Esta es tu misión, cúmplela.

A partir de ese día, el árbol se sintió fuerte y poderoso. Su apariencia cambió y pasó de ser menospreciado por sus compañeros a ser respetado, tal y como él había hecho consigo mismo.

Desde ese día se cuenta que el jardín fue feliz y la pena nunca más volvió a aparecer por allí.

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Y como siempre gracias por estar ahí, por acompañarme al otro lado.

Deseo que cada día de lunes a viernes cada episodio te aporte un granito para mejorar tu vida.

Disfruta, sé amable con los demás y SONRIE…. Que tengas una ¡FELIZ DÍA!

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