Hace un año comencé mi colaboración mensual publicando un artículo cada mes en la Revista Grada. Y hoy quiero dedicar mi artículo semanal a ellos.
Una de las cosas que más gustan a un escritor es poder publicar lo que escribe, y considero que Grada tuvo un gran gesto conmigo al publicarme, para mí al menos tiene mucho valor.
Curiosamente detrás de Grada hay personas como Jose Antonio Lagar o Enrique Trabadela, a los que conozco hace más de veinte años y aunque siempre hemos orbitado cerca nunca habíamos trabajado en el mismo equipo.
Bueno, con Enrique sí hubo un tiempo donde él escribía para un hoja informativa que yo dirigía y colaboró durante algún tiempo.
Pero fuera de aquello, la relación con ambos siempre fue estrecha y a la vez casi virtual. Podían pasar meses sin saber de ellos, pero cuando aparecían o nos encontrábamos siempre era con una sonrisa y con la cordialidad que a ambos les caracteriza.
Jose Antonio Lagar es un ejemplo de superación constante, los papeles dicen que es discapacitado, pero puedo constatar que profesionalmente es capaz de hacer lo que muchos apenas logramos soñar. Y es verdad que tendrá sus días malos como todo el mundo, él incluso lo dice a veces pero será que no me he encontrado con él uno de esos días o que si lo tiene te da su mejor sonrisa y esa mirada brillante que solo se les ve a los niños.
Enrique Trabadela es nobleza, una persona de palabra, abogado de titulación pero es una persona dialogante que evita el juicio de lo que no conoce y en los conflictos busca siempre una buena solución. Podía decir que a veces es los pies de Jose Antonio, de la misma manera que Jose Antonio es a veces las ruedas de Enrique, sobre todo cuando todo corre prisa.
El equipo de Grada es inmenso, de grande y de valores humanos. He tenido la suerte además de participar como colaborador hace unas semanas en la 10ª Gala de los Premios Grada y toda la gente que gira alrededor de Grada iba con el corazón, tendiendo la mano y con buena voluntad por delante, y eso es de agradecer sobre todo cuando uno llega nuevo a un sitio.
Una gala que se sobrepuso a muchos contratiempos, con un Darío que salió del banquillo para jugar de capitán. Un grupo humano con Felipe Ferrin y María tirando de un carro acostumbrado a sortear dificultades supo tener amplitud de miras para solucionar todos y cada uno de los inconvenientes que aparecían. Además de muchas otras personas que tuve el gusto de conocer con motivo de este evento y con la que crearemos proyectos conjuntos.
Además el proyecto de la Fundación Primera Fila que camina junto a Grada da consistencia y fuerza al equipo que ambos forman con más personas.
Aún no conozco ni mucho menos a todo el equipo de Grada, pero a otra de las personas que lo integran y con la que me ha encantado reencontrarme es con Anuncia Maján, redactora de la Fundación Primera Fila. Nos conocimos hace unos 25 años cuando fui voluntario de Aspaceba. Una de las mejores experiencias de mi vida que recuerdo pues sin duda recibí en cinco años muchísimo más y con creces de lo que pude aportar. Recuerdo a muchos de los chicos con los que trabajé, y Anuncia es una de las que más, pues nos hemos seguido cruzando por la vida y siempre recuerdo su persistencia, tenacidad y ganas de mejorar en la actividad deportiva. Y por lo que he visto después también las lleva a cabo en otras facetas de su vida.
Estoy muy agradecido a todos y cada uno de los miembros que hacen Grada realidad por permitirme formar parte de vosotros de esta manera tan humilde.
Ilustro este artículo con la foto que nos hicimos juntos Anuncia y yo. No tengo foto con Enrique y Jose Antonio, pero ya nos haremos una. 🙂
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