Cuando estamos en Silencio y meditamos, reflexionamos, imaginamos,… hacemos un lejano viaje hacia nuestro interior descubriendo en ocasiones paisajes únicos y desconocidos. En esos momentos la «realidad» que vivimos se desvanece y deja de existir.
Curiosamente el Ruido hace lo contrario. Nos conecta a nuestro día a día. Nos hacen tomar conciencia del mundo exterior que estamos acostumbrados a percibir y hasta nos hacen sentir más seguros, por eso hay personas que no soportan la soledad o el silencio.
Ni todo es Silencio ni todo Ruido, pienso que un poco de cada uno nos harán tener un presente más equilibrado, no olvidemos que sin uno no existiría el otro.