Hay días como hoy donde uno descubre por sorpresa la grandeza de las personas normales, y se da cuenta claramente de que el mundo tiene una gran posibilidad de avanzar hacia un lugar que nunca antes estuvo.
Detrás de nuestra aparente normalidad en el marco «establecido socialmente» existe un potencial humano inmenso, que gracias a la crisis, a las sinergias, a la desconexión social de las esferas políticas (en general) y a internet, se está creando en silencio un monstruo de infinitas cabezas que puede cambiar el mundo para siempre.
Soy una persona optimista por naturaleza, pero días en que te encuentras con personas de este calibre, me vuelvo desbordantemente positivo. Hay gente que no solo ve ese posible mundo hacia el que podemos guiar nuestros pasos, sino que ya han comenzado a hacer camino.
Seres humanos que van como mínimo una década por delante, y que están poniendo todo su conocimiento y esfuerzo a mejorar la sociedad del futuro, y estoy convencido de que detrás de ese «capitalismo» que tenemos inoculado, existe un deseo y una necesidad de construir un mundo mejor no solo para nosotros sino para las generaciones que vienen detrás.
Firmemente creo que está llegando la hora en la que plantearse si seremos más felices «teniendo más que el vecino» o «ayudando al vecino a que tenga como nosotros», si seremos más felices «quejándonos de como están las cosas» o «poniendo nuestro potencial al servicio de la comunidad para cambiar lo que hace tanto tiempo nos disgusta».
Hay gente que ya empieza a elegir trabajar menos tiempo para beneficio propio, y dedica algo de tiempo a un bien común. Ver los resultados después no solo transforma nuestra visión, sino también la de todos cuantos nos rodean e incentivamos a que se unan a ese movimiento.
Colaborar, Cocrear, Cooperar,… es contagioso, la epidemia no ha hecho más que comenzar. ¿Estás preparad@?