128. Leyenda «El paquete de galletas»

Muy buenos días con Energía Positiva Edición de Verano, Episodio nº 128 titulado “El paquete de galletas”

El podcast que cada mañana te trae el lado amable de la vida a través de reflexiones, historias de superación, experiencias, leyendas, entrevistas y por supuesto ¡BUENAS NOTICIAS! Porque las hay y aquí vas a poder escucharlas CADA DÍA.

Hace no mucho tiempo en una estación de trenes cualquiera una señora fue a comprar su billete y al hacerlo le informaron que venía con un retraso de una hora.

Molesta por tal contratiempo fue a un kiosko y compró una revista, una botella de agua y un paquete de galletas. Se sentó en un banco del andén a leer la revista mientras llegaba su tren.

A los pocos minutos un joven algo desaliñado se sentó a su lado mientras escuchaba música en unos grandes y llamativos auriculares.

De pronto y sin decir una sola palabra el joven estiró el brazo abrió el paquete de galletas y empezó a comerse una galleta. La señora mirando de reojo no se lo podía creer, estaba tan avergonzada que no se atrevía a decirle nada pues no sabía como podía reaccionar aquel chico.

Unos minutos después el chico volvió a coger otra galleta. La señora pasó de la vergüenza a la indignación, así que tiro de orgullo, extendió la mano y tomo otra galleta. El joven la miro y sonrió.

Ella estaba cada vez más fastidiada. Encima había tenido la desfachatez de mirarla a los ojos y sonreírle. ¿Qué tipo de reto era aquel?

Poco después el chico volvió a tomar otra galleta mientras seguía inmerso en su mundo, escuchando música y moviendo la pierna al ritmo de lo que escuchaba. La señora había decidido no dejar que invadiese su terreno de esa manera tan descarada ese chico tan insolente.

Y así siguieron comiendo ambos galletas del paquete. La furia de la señora iba subiendo por minutos, más aún como cada vez que miraba al joven este le devolvía una sonrisa y a veces hasta le enseñaba una galleta antes de morderla.

La mujer de reojo se dio cuenta que solo quedaba una galleta en el paquete. Y comenzó a pensar: No será capaz de comerse la última galleta encima.

El chico con decisión cogió la última galleta, la partió a la mitad y se la dio. Ella respondió con un amargo Gracias. Jamás había dado con alguien con tanta caradura.

Justo en ese momento llegó su tren, así que sin mirar atrás y llena de indignación, se levantó y subió. Nada más sentarse vio al joven que seguía con su música en el banco y sintió su boca reseca de tantas galletas como había comido.

Así que abrió el bolso para coger la botella de agua que había comprado y para su sorpresa dentro del bolso encontró su paquete de galletas sin abrir.

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Y como siempre gracias por estar ahí, por acompañarme al otro lado.

Deseo que cada día de lunes a viernes cada episodio te aporte un granito para mejorar tu vida.

Disfruta, sé amable con los demás y SONRIE…. Que tengas una ¡FELIZ DÍA!

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