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Muy buenos días con Energía Positiva.
El podcast que cada mañana te trae el lado amable de la vida a través de reflexiones, historias de superación, experiencias, leyendas, entrevistas y por supuesto ¡BUENAS NOTICIAS! Porque las hay y aquí vas a poder escucharlas CADA DÍA.
Miércoles 7 de Marzo, Episodio nº 43 hoy toca leyenda titulada “ EL ANILLO DEL REY “
Erase una vez hace mucho años un Rey que reunió a todos los sabios de la corte y les dijo que estaba fabricándose un anillo precioso con el mejor oro y diamante que había encontrado hasta ahora.
Y siendo de tanto valor quería conservarlo para siempre y que le fuese útil en grandes momentos de desesperación. Por eso les había reunido, necesitaba de ellos que le dijesen una frase para guardar en el interior del anillo y poder consultarla en esos momentos.
Los grandes sabios y eruditos del reino habían escrito largos y profundos tratados, llegaron a consultar a otros sabios de otros reinos, pero las semanas pasaban y el rey seguía sin su frase.
Encontrar una frase de dos o tres palabras que sirviese en cualquier momento de desesperación no era tan sencillo como podía parecer en un principio. Consultaron en todos los libros y no encontraban nada.
En el palacio había un anciano sirviente de la familia desde hacía muchos años. Incluso en la pronta muerte del padre del actual rey, este sirviente había cuidado mucho de él, para el rey era como si fuese de su familia. Lo respetaba tanto que decidió preguntarle si el sabría alguna frase para su anillo.
El anciano le dijo: Mi señor, no soy un hombre sabio, ni erudito, ni tengo estudios pero conozco el mensaje desde que usted reunión a los sabios del reino. Durante mi larga vida he tratado con muchas personas y recuerdo un místico que visitó a su padre hace muchos años y estuve a su servicio durante su estancia.
Cuando se marchó y como señal de agradecimiento me dio este pequeño papel doblado y me dijo que lo llevase siempre conmigo. Ahora se lo daré a usted, pero no lo abra ahora, es tan pequeño que puede guardarlo bajo el anillo. Solo debe abrirlo cuando realmente se sienta desesperado de verdad y no vea otra salida.
Ese momento llegó antes de lo que ambos imaginaban. Un mes después el reino fue invadido, el rey huía en su caballo atravesando el bosque, llegó al final de un camino sin salida que daba a un precipicio. Escuchaba el ruido de los caballos cada vez más cerca. No podía hacer nada, no sabía que hacer, no había salida. Era lanzarse por el precipicio o entregarse a su enemigo.
Entonces recordó el papel, lo desdobló y leyó el mensaje “Esto también pasará”.
Mientras lo leía, sintió un alivio interior. Poco después empezó a notar silencio, dejó de oír el trote de los caballos. El enemigo se confundió de camino o se perdió en el bosque, lo cierto es que se salvo de aquella situación.
El rey profundamente agradecido, dobló ese papel y lo guardó bajo el anillo.
Fortalecido, reunió a los hombres que le quedaban y reconquistó el reino. El día que entraba de nuevo en el castillo, el pueblo le aclamaba y se sentía victorioso. La música, los gritos y la alegría eran inmensas.
Entonces el anciano que caminaba a su lado, le hizo una señal para que mirase el mensaje de nuevo.
El rey un poco molesto por la interrupción, le dijo: ¿Qué quieres decir ahora? El mensaje era para situaciones desesperadas.
El anciano le respondió: Escucha con atención, el mensaje que tienes dentro del anillo es tanto para situaciones desesperadas como para las situaciones gloriosas. No solo para cuando sientes la derrota, sino para cuando disfrutas de la victoria. Tanto para cuando eres el último o el primero. El rey con desconfianza y pensando que quizás el anciano le había cambiado el mensaje del papel, abrió de nuevo el anillo y leyó el mensaje “Esto también pasará”.
Tras leerlo el rey sintió la misma paz que cuando se sintió acorralado por el enemigo. Notó el mismo silencio que cuando estaba al final de aquel camino, a pesar del ruido de la celebración el no escuchaba nada, solo sentía paz mientras el orgullo y el ego habían desaparecido.
El anciano al ver su cara le dijo: Recuerda que todo en la vida pasa. Nada es para siempre. Ni emociones ni cosas duran permanentemente. Al igual que el día y la noche, tu vida tendrá momentos de alegría y tristeza, acéptalos como parte de la naturaleza de la vida.
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Y como siempre gracias por estar ahí, por acompañarme al otro lado.
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