Esta palabra me ha creado siempre mucha controversia interior.
Por un lado parece un halago, por otro hace una diferencia entre las mujeres que lo son por título y las que no.
Desde que existen las princesas con título nobiliario, es como si estas fuesen las únicas que realmente lo son, mientras que el resto siente que es inalcanzable.
También es verdad que la palabra princesa tiene una connotación de superficialidad, así aparece en la mayoría de películas y dibujos animados.
Esto de manera inconsciente crea en muchas chicas ese deseo de ser reconocidas por su belleza y su vestuario, tener un príncipe al que servir y agradar.
El poder y capacidad de las mujeres está mucho más allá de cualquier palabra como princesa o de su apariencia exterior.
Y pienso que es algo que debemos reivindicar tanto hombres como mujeres.
Si una niña acepta este concepto de la mujer, cuando llegue la adolescencia fácil será que acepte un rol sumiso, de inferioridad y de tratar de llamar siempre la atención a través de su físico.
Hay multitud de vallas y anuncios publicitarios donde mostrar el cuerpo de la mujer es la manera de vender colonias, coches y casi cualquier cosa.
Las letras de las canciones tampoco es que ayuden mucho. La mujer siempre sufre por desamor, tiene desengaños o conquista al hombre con su cuerpo.
Con estas influencias desde el nacimiento es complicado para muchas mujeres y para la sociedad en general que se reconozca y respete la valía del sexo femenino.
No son pocas las que según se hacen mayores se obsesionen con tratar de mantener ese » valioso cuerpo » que les da poder ante los hombres.
También hay muchas que se quitan valor simplemente porque después de los embarazos sus cuerpos ya no son lo que eran.
Creo que de todo esto, el mayor culpable es el hombre que domina la mayoría de medios, pero también la mujer que acepta este engaño, tiene su parte de responsabilidad.
Todos somos iguales, hombres y mujeres, cada uno con unas capacidades.
Hay algo que nos acompaña siempre a ambos y es nuestro ser interior.
Vamos a fortificar esto tanto en uno como en otros desde el nacimiento y así crearemos una sociedad más igualitaria.
La mujer es muchísimo más que un cuerpo y los hombres que son capaces de ver más allá del cuerpo de una mujer, lo saben.
Cambiemos entre todos esa imagen de la mujer que comienza con la inocente palabra » princesa «.
Y solo cuando la sociedad entienda y respete de manera natural el valor de la mujer, entonces la palabra princesa tendrá otro significado y todas las mujeres serán respetadas y valoradas como se merecen.